El pasado 24 de febrero, OlarteMoure asistió al seminario virtual Competition Open Day de la OCDE en su versión 2021. Los panelistas invitados abordaron las problemáticas más relevantes para el derecho de la competencia en el contexto de la recuperación económica global frente al COVID-19.
El seminario giró en torno de los siguientes ejes temáticos: (i) ¿cómo puede la política de competencia y, más concretamente, las autoridades de competencia, contribuir a una recuperación económica más rápida y sostenida?; (ii) ¿qué incidencia debe tener la defensa de la competencia en el diseño e implementación de ayudas estatales en tiempos de crisis?; y (iii) ¿cuál es la relevancia de implementar mecanismos de supervisión y cumplimiento de las normas de competencia para la recuperación económica?[1]
A continuación encontrarán una breve reseña elaborada por OlarteMoure sobre uno de los paneles de discusión del Competition Open Day 2021, importante por aportar ideas de aplicación transnacional, y sus principales conclusiones:
- Panel principal sobre la política de competencia en la recuperación económica
Dentro de los diferentes paneles que se adelantaron en el evento, se llevó a cabo un espacio de discusión sobre la importancia de las políticas de competencia en la recuperación económica del COVID-19. El panel fue liderado por Rubén Maximiano, Experto Principal en Competencia de la OCDE, y contó con la participación de: (i) Olivier Guersent, Director General de Competencia de la Comisión Europea; (ii) Margarida Matos Rosa, Presidente de la Autoridade da Concorrência (Autoridad de Competencia de Portugal) ; (iii) Rebecca Slaughter, Comisaria Federal de Comercio de los Estados Unidos (FTC); (iv) Andreas Mundt, Presidente de la Bundeskartellamt (Oficina Federal de Cárteles) de Alemania; y (v) Cani Fernández, presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en España.
En nuestro concepto, este conversatorio merece ser analizado a profundidad, si se tiene en cuenta que participaron representantes de diferentes autoridades de protección de la competencia en Europa y se expusieron las diferentes medidas y recomendaciones que pueden tenerse en cuenta para adoptar medidas de recuperación económica en países que han sido igual o más afectados por la pandemia.
La introducción del panel se refirió al rol de la política de competencia en el fomento de la recuperación económica[2], un informe elaborado por la OCDE a finales del 2020. Específicamente, Maximiano llamó la atención del público sobre dos de las principales enseñanzas que fueron transversales a la elaboración del informe:
- Si observamos los grandes momentos de las crisis económicas (v.gr. la Gran Depresión, la crisis japonesa o la crisis financiera de 2008), hemos aprendido que la aplicación laxa de los cárteles no mejora la resistencia económica a largo plazo. Del mismo modo, la suspensión de las leyes antimonopolio y políticas laxas de control de integraciones empresariales frenan la recuperación económica. Por lo tanto, hay que tener en cuenta estos aprendizajes para generar conciencia colectiva sobre los beneficios de la competencia, ya que abogar por una mejor política de competencia es realmente más importante ahora que nunca.
- Los Estados y las autoridades de la competencia deben respetar los principios de la competencia a la hora de conceder ayudas y medidas de apoyo. Si las políticas de apoyo estatal se elaboran con menos cuidado, se corre el riesgo de perjudicar la eficiencia del mercado y provocar distorsiones innecesarias de la competencia.
Con base en estas enseñanzas, Maximiano luego pasó a exponer algunas de las recomendaciones específicas que formuló la OCDE a las autoridades de competencia en el contexto de las medidas de apoyo estatal frente al COVID-19. Específicamente se refirió a tres recomendaciones en concreto:
- Las autoridades de defensa de la competencia deben abogar por que las medidas de apoyo estatal sean proporcionadas y estén adecuadamente enfocadas. Esto puede hacerse mediante un análisis contrafáctico, muy parecido al del control de las fusiones y adquisiciones (en Colombia, el régimen de Integraciones Empresariales), al comparar la situación actual con un escenario hipotético en el que no se hubiera producido la pandemia del COVID-19. En este sentido, las medidas de apoyo selectivo podrían encontrarse mejor encaminadas a los sectores en los que la crisis de COVID-19 sólo tendría un efecto temporal. Por el contrario, sería más problemático conceder medidas de apoyo a los sectores que experimentan un choque permanente, dado que este tipo de apoyos corren el riesgo de sostener artificialmente un sector que en realidad está en declive.
- Si las autoridades de defensa de la competencia identifican casos en los que la medida de apoyo probablemente traiga consigo una distorsión de la competencia, sin que esta medida de apoyo compense sus potenciales efectos positivos, la autoridad de defensa de la competencia puede abogar por que el gobierno aplique remedios compensatorios, con el fin de ayudar a reducir las barreras de entrada y reducir el poder de mercado. Estas medidas pueden ser estructurales (por ejemplo, mediante la desinversión de activos) o de comportamiento (por ejemplo, al evitar que los agentes realicen estrategias predatorias).
- El apoyo estatal debe incluir incentivos y estrategias de salida. Es decir, una vez que la situación económica se estabilice, los gobiernos tendrán que abandonar las medidas de apoyo adoptadas durante la crisis. El apoyo gubernamental puede crear dependencia y debe abandonarse tan pronto como las condiciones permitan a los gobiernos obtener una buena relación calidad-precio para los contribuyentes y se garanticen sanas condiciones para la competencia. De igual forma, resulta fundamental que exista un diseño adecuado del proceso de salida de los gobiernos, de forma tal que no se ponga en riesgo la recuperación económica al retirar las medidas de apoyo demasiado rápido (por ejemplo, mediante la aplicación de “sunset clauses” -cláusulas de extinción- y otro tipo de medidas abiertas, transparentes y no discriminatorias).
Tras esta recapitulación del informe presentado por la OCDE a finales del 2020, se abrió un conversatorio que contó con la participación de cada uno de los representantes de las distintas autoridades de competencia, con el propósito de indagar sobre cómo se han ido integrando estas recomendaciones de la OCDE a lo largo del mundo. Por ejemplo, Olivier Guersent, Director General de Competencia de la Comisión Europea, recalcó la importancia de reconocer que “La crisis no golpeó a todos por igual: si una economía depende en gran medida del turismo y el transporte, la crisis tendrá un efecto mucho más profundo que en otra economía que no dependa de estos sectores”.
En esta misma línea, Cani Fernández (presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en España), Andreas Mundt (Presidente de la Bundeskartellamt (Oficina Federal de Cárteles de Alemania) y Margarida Matos Rosa (Presidente de la Autoridade da Concorrência – Autoridad de Competencia de Portugal) explicaron que si bien las prioridades no son las mismas para todos los países, muchas de las autoridades de competencia han tenido que reorientar su atención hacia mercados e industrias estratégicas que son esenciales para la recuperación, por ejemplo los mercados digitales.
- Conclusiones
En línea con las conclusiones expuestas por la OCDE en su reporte del 2020, es importante resaltar que la competencia es, y ha sido siempre, un elemento fundamental para la recuperación económica en tiempos de crisis. Es por esta razón que las autoridades de competencia deben asumir un rol cada vez más activo en el diseño de las medidas gubernamentales para amortiguar los efectos negativos de la crisis y, de igual forma, propender por mercados altamente competitivos.
En primer lugar, las autoridades de competencia pueden asumir un rol proactivo en el proceso de elaboración de cualquier medida de apoyo estatal frente a la crisis, sopesando las potenciales alteraciones a la competencia frente a sus potenciales efectos positivos. De esta forma, pueden elaborar análisis ex ante de las medidas y emitir recomendaciones a los gobiernos sobre su pertinencia y viabilidad.
En segundo lugar, las autoridades de competencia pueden redirigir sus esfuerzos hacia mercados e industrias estratégicas que consideran que están en el centro del proceso de recuperación. Entre los sectores que pueden ser prioritarios se encuentran, por ejemplo, los que han estado fuertemente implicados en la respuesta a la crisis (sector financiero, sector de la salud, etc) o los que pueden generar efectos positivos sobre el bienestar social (telecomunicaciones, energía, etc).
Por último, las autoridades de competencia pueden contribuir a la generación de “planes de entrada y salida” para las medidas de apoyo estatal. Por un lado, con el propósito de trazar los criterios de condicionalidad a los cuales deben acogerse las empresas para beneficiarse de las medidas de ayuda estatales, y por otro, para generar condiciones bajo las cuales el Estado puede abandonar la ayuda y, de esa forma, evitar sostener artificialmente un sector de la economía.
[1] OECD (2021). The Role of Competition Policy in Promoting Economic Recovery. Retrieved from: https://www.oecd.org/daf/competition/role-of-competition-policy-in-promoting-economic-recovery.htm
[2] OECD (2020), The role of competition policy in promoting economic recovery, https://www.oecd.org/daf/competition/the-role-of-competition-policy-in-promoting-economic-recovery-2020.pdf
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