¿Por qué las celebridades registran sus nombres como marcas?

En el siglo XXI, las marcas ya no se limitan a identificar productos o servicios de empresas; ahora también representan a personas. Las marcas celebridades y los influencers son ejemplos de esta evolución. Esta transformación no es meramente simbólica, sino una realidad tangible y económicamente significativa. Al igual que una marca de producto, el nombre y la personalidad de una persona pueden ser monetizados, permitiendo a figuras públicas generar ingresos sustanciales a través de plataformas digitales.

Así, registrar el nombre como marca se convierte en una estrategia esencial no solo para proteger la identidad, sino para maximizar las oportunidades de monetización. Esta medida preventiva no solo impide que terceros utilicen el nombre sin autorización, sino que también otorga un control sobre la propia marca personal.

Ahora, hay que saber cómo hacerlo. Pues, al tratarse de un bien de propiedad intelectual, el proceso de registro y la gestión del activo implica trámites y desafíos que son necesarios comprender y superar.

La prolongada batalla legal de Michael Jordan en China ilustra las complejidades de la protección de marcas a nivel internacional. Diversos nombres comerciales y marcas que usaban el nombre de Jordan y sus traducciones al chino fueron registrados sin su consentimiento. Jordan pasó años luchando para invalidar estos registros, destacando las dificultades para proteger el propio nombre en diferentes jurisdicciones. Este caso eventualmente impulsó cambios en la legislación china, proporcionando mejor protección para los nombres personales. El Código Civil revisado de la República Popular China, vigente desde el 1 de enero de 2021, ahora incluye explícitamente los derechos sobre los nombres personales, subrayando la importancia de un registro proactivo de marcas para evitar disputas legales prolongadas.

Registrar una marca requiere una inversión financiera, que incluye tarifas de registro iniciales y costos de mantenimiento continuos. Esto puede ser una carga considerable, especialmente para celebridades emergentes o aquellas sin un respaldo financiero sustancial. Si la marca no se utiliza activamente en el comercio dentro de un período especificado, puede ser vulnerable a la cancelación por falta de uso. Esto significa que se requiere un uso continuo y vigilancia para mantener la protección. Además, registrar un nombre o imagen no garantiza una protección completa contra todas las formas de uso indebido. Otros pueden encontrar maneras de explotar vacíos legales o utilizar la marca de maneras que son legalmente permisibles, como a través del uso justo descriptivo. Asimismo, navegar por las complejas y variadas leyes de marcas en diferentes jurisdicciones puede ser abrumador, requiriendo orientación legal experta para asegurar una protección integral.

Registrar una marca puede evitar que otros usen tu nombre o semejanza sin autorización. Proporciona una base legal para desafiar y tomar medidas contra infractores, asegurando que mantengas el control sobre cómo se utiliza tu identidad. Además, una marca registrada puede convertirse en un activo valioso, permitiendo al propietario entrar en acuerdos de licencias que pueden generar ingresos sustanciales. También ayuda en la construcción de la marca y puede agregar una capa de autenticidad y prestigio a los esfuerzos de la celebridad. Simplifica los procesos legales cuando se busca obtener remedios por uso no autorizado, reduciendo la necesidad de prolongadas batallas legales para probar la propiedad y los derechos sobre el nombre o la imagen.

Es probable que en un mundo donde la economía digital sigue expandiéndose, proteger la marca personal se vuelva cada vez más vital. Registrar un nombre como marca no solo es una estrategia para salvaguardar la identidad, sino también una inversión en el futuro financiero. Las celebridades y figuras públicas que toman esta iniciativa demuestran un entendimiento profundo de la importancia de controlar su propia narrativa y patrimonio. En última instancia, el registro de un nombre como marca es una declaración poderosa: es la identidad, la historia, y ellos deciden cómo se cuenta y quién puede beneficiarse de ella.