En ese sentido, la Guía presenta recomendaciones sobre cómo proceder a la hora de nombrar un OPD y, también, sobre cuáles son las funciones que podría desempeñar este para garantizar el debido cumplimiento de los principios, obligaciones y disposiciones instauradas de la regulación colombiana. De esta forma, una de las sugerencias que se destacan es la de involucrar al OPD, en la medida de lo posible, en todas aquellas operaciones o proyectos relacionados con el tratamiento de datos personales, desde la etapa más temprana posible, como una medida de privacidad por defecto y desde el diseño.
En consecuencia, la Guía no constituye exclusivamente una serie de recomendaciones para la designación de un OPD, sino que pretende fomentar el cumplimento a la regulación de privacidad y protección de datos personales.