
Los dramaturgos y creadores a menudo piensan que, al adaptar una obra, automáticamente obtienen derechos sobre ella. Pero, en derechos de autor, adaptar no siempre significa ser dueño.
Vamos a aclararlo.
¿QUÉ ES UNA ADAPTACIÓN teatral?
Es la transformación de una obra existente para darle una nueva forma, dotada de originalidad, pero conservando su esencia. Puede ser desde cambiar el lenguaje hasta reimaginar el contexto o fusionarla con otros elementos. Pero no es lo mismo que crear desde cero. A este tipo de obras se les conoce también como “Obras Derivadas”.

¿NECESITAS PERMISO PARA ADAPTAR UNA OBRA teatral?

Depende, el primer paso, previo a la adaptación de una obra, consiste en realizar una búsqueda con el fin de confirmar si la obra aún se encuentra protegida por derechos de autor, pues, de ser el caso, se requiere la autorización del titular de los derechos, que puede ser el autor sus causahabientes o, incluso, una editorial).

Depende, el primer paso, previo a la adaptación de una obra, consiste en realizar una búsqueda con el fin de confirmar si la obra aún se encuentra protegida por derechos de autor, pues, de ser el caso, se requiere la autorización del titular de los derechos, que puede ser el autor sus causahabientes o, incluso, una editorial).

¿ERES DUEÑO DE TU ADAPTACIÓN teatral?
Sí… y no. Aunque no puedes apropiarte de la obra original, tienes derechos sobre los elementos nuevos que aportaste (como diálogos añadidos, escenas originales o cambios creativos).
Como tu adaptación es una “obra derivada”, tienes derechos sobre lo que creaste, pero no puedes explotar otros elementos de la obra original sin autorización si aún está protegida.

¿QUÉ PASA SI ADAPTO una obra teatral SIN PERMISO?

¿QUÉ HACER SI QUIERES ADAPTAR una obra teatral?
Consulta si la obra está en dominio público.
Si no lo está, busca al titular de los derechos y negocia una licencia.