La economía en Colombia se rige bajo el principio de economía social de mercado, que garantiza la libertad que tienen los particulares para crear empresa dentro del marco de la legalidad, del bien común y del respeto por la libre competencia económica. Bajo este modelo económico,
la oferta de los empresarios y la demanda de los compradores son los principales elementos que deben confluir para estructurar los precios de los productos y servicios, con el fin de que el mercado se entienda como un espacio dinámico en el que las distorsiones se eviten al máximo.
No obstante, las dinámicas comerciales y económicas que se presentan por diversos factores, como la escasez de los productos y servicios, la inflación, las necesidades insatisfechas de los consumidores y la producción, dificultan la configuración de una estructura de mercado “perfecta”. Por esta razón, el Estado decide intervenir en la economía con el fin de implementar políticas que equilibren, prevengan o corrijan hechos económicos.
Una de las formas en las que puede intervenir el Estado es a través del “Control y Vigilancia de Precios”, cuyo propósito es el de establecer unas reglas que deben cumplir las empresas con el fin de proteger a los consumidores y la competencia, dentro de un marco de justicia económica.
A continuación, hemos elaborado un ABC del Control y Vigilancia de Precios en Colombia, con aquello que debe saber sobre esta figura y su aplicación.