Un juez federal en Washington, D.C. emitió una decisión clave en el caso antimonopolio contra Google. El tribunal reafirmó que la compañía mantiene ilegalmente un monopolio en el mercado de búsquedas en línea, pero descartó la posibilidad de que se viera obligada a vender activos estratégicos como su navegador Chrome o el sistema operativo Android.
En lugar de una separación de negocios, la decisión obliga a Google a compartir determinados datos de búsqueda con sus competidores y a abstenerse de firmar acuerdos de exclusividad que restrinjan la competencia.
El fallo abre oportunidades para rivales como Bing de Microsoft y motores de búsqueda más pequeños basados en inteligencia artificial, que ahora podrán acceder al índice de búsqueda de Google para mejorar sus servicios y llegar a más usuarios.
Aunque se considera un paso hacia mayor apertura en el mercado digital, críticos advierten que las sanciones son leves frente al poder que Google aún conserva.