¿Hello Kitty factura más que muchas tecnológicas? ¿Garfield sigue vendiendo mercancía 24/7? ¿Doraemon arrasa en taquillas y aulas asiáticas? Sí. Y detrás de cada caso hay una estrategia de propiedad intelectual impecable.
Estos gatos no solo son íconos culturales, también son lecciones vivas de cómo convertir una creación en un imperio de marca.

(1974)
La reina del Kawaii ha generado ≈US$33,5 B en ventas minoristas acumuladas gracias a una estrategia impecable de licenciamiento.
Su secreto: una style guide que permite crear más de 50 mil productos (SKUs) –desde ropa y maquillaje hasta parques temáticos y tarjetas de crédito– sin canibalizarse entre sí.

(1969)
¿La clave? Un storytelling con enfoque STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) que renueva gadgets y licencias cada año escolar.
(1978)
Entre US$750 M y 1 B en merchandising al año –de tazas y Funkos a películas y cafeterías temáticas.
Monetiza la pereza con humor universal y contratos evergreen que lo mantienen vigente en más de 80 países.
(1940)
Con un valor de marca >US$600 M (2023), este dúo icónico sigue creciendo.
Warner Bros. celebra sus 85 años con colaboraciones K-pop y moda urbana, demostrando cómo revitalizar un clásico con un licenciamiento 360°.
Valor estimado según rankings de franquicias globales.
(1919)
El primero de todos, el pionero, sigue vigente con animación, juguetes y presencia global. Más de 100 países siguen licenciando su imagen, y aunque nació en la era muda, se mantuvo fuera del dominio público gracias a un portafolio marcario bien gestionado.
Valor estimado según rankings de franquicias globales.